Con motivo de la celebración del día nacional de la Paz y de los derechos humanos, la Defensoría del Pueblo Regional Santander, en coordinación con el Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga y la Gobernación del departamento participó de la celebración eucarística, con la asistencia de los alumnos de dicho plantel y de las principales autoridades civiles y militares de la ciudad.
Al finalizar la celebración religiosa el rector del colegio San Pedro Claver, Pbro Gerardo Arango Puerta S.J., le solicitó al doctor Dilmar Ortiz Joya, Defensor Regional, expresar un mensaje.
Sus palabras resultaron de gran significado para todos los asistentes y causaron admiración entre los jóvenes estudiantes; muchos de los cuales se acercaron a manifestarle su agrado no solo por su elocuencia sino por la labor tan importante que realiza de la Defensoría del Pueblo en pro de los derechos humanos.
Al finalizar la celebración religiosa el rector del colegio San Pedro Claver, Pbro Gerardo Arango Puerta S.J., le solicitó al doctor Dilmar Ortiz Joya, Defensor Regional, expresar un mensaje.
Sus palabras resultaron de gran significado para todos los asistentes y causaron admiración entre los jóvenes estudiantes; muchos de los cuales se acercaron a manifestarle su agrado no solo por su elocuencia sino por la labor tan importante que realiza de la Defensoría del Pueblo en pro de los derechos humanos.
Los siguientes párrafos son apartes del contenido de su espontánea intervención:
“Hoy debemos hacer un reconocimiento especial a quienes luchan por los derechos humanos, a quienes buscan su defensa y dignidad y han puesto sus vidas en manos de los violentos. Un reconocimiento a cada uno de ellos, y de igual manera a todas las organizaciones y personas que hoy en día batallamos y continuamos esforzándonos por defender esos derechos inalienables en el ser human. Un reconocimiento también a todas las personas que en el conflicto armado colombiano han puesto su cuota.
…Hoy en la mañana cuando me preparaba para iniciar mi trabajo y me arreglaba para asistir a los actos con motivo del día nacional de los derechos humanos, me miré en el espejo y concluí que mi vestimenta simbolizaba un poco la situación de los derechos humanos en nuestro país. El negro: la oscuridad, el dolor, la angustia sufridas por mis compatriotas y que han perdido la vida por ese irrespeto de unos pocos intolerantes en nuestra nación. De esas personas que no le temen a Dios, de esas personas que están alejadas y que estando vivas han partido del lado del Señor, que su corazón está cerrado, que no lo han abierto al Todo Poderoso pues guardan resentimiento. En mi traje se me reflejaron aquellos seres que guardan discriminación en su alma porqué hay otros que pensamos distinto, que tenemos una ideología diferente; porque tenemos unas razas, unas culturas o religión distintas.
…De otra parte, concluí con horrible pesar que el color rojo de mi corbata representa la sangre que han derramado muchas personas por defender sus derechos, esos ríos de sangre que han pasado por nuestro departamento, por nuestro país. El blanco de mi camisa, refleja la esperanza, la tranquilidad de un familia, ese blanco que hace alusión al respeto que debemos tenernos los unos a los otros; en encontrarnos con esa tranquilidad de un alma pura, de encontrarnos y fortalecer esas palabras que están en los pilares que tenemos frente a nuestros ojos: tolerancia y gratitud…Tenemos que ser el puente de respeto a los derechos humanos, pero no solo hoy sino todos los días.
…Todos, absolutamente todos tenemos que respetarnos. Los adultos, los jóvenes, las niñas y los niños; nos debemos respeto a nuestros amigos, a nuestros profesores, nuestros docentes quienes son los constructores de hombres y mujeres nuevas, de nuevas generaciones en nuestro país. De igual manera, con nuestros familiares, con nuestros hijos, padres, vecinos, con toda la comunidad, en fin con todo nuestro entorno familiar, para encontrar una verdadera comunión entre todos los seres humanos
…Les pido que expresemos nuestro clamor a que los violentos dejen sus armas. Es un clamor a esas personas que se encuentran solas, muertas en vida; todos los aquí presentes manifestemos una súplica para que las instituciones sigamos luchando por la defensa de los derechos humanos.
En nombre del Defensor del Pueblo Nacional, Vólmar Pérez Ortiz, un profundo llamado a que continuemos luchando por los derechos humanos que son ese pilar que nos permite construir la paz que todos deseamos para nuestra región y país”.
Finalmente el Defensor Regional, elevó una plegaria diciendo “Señor, tu que eres dueño de nuestras vidas te pedimos que sanes nuestros corazones y que arrebates de las fuerzas del mal a aquellos que van en contra de la paz de nuestro país”.
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